Los granulocitos se clasifican en neutrófilos, eosinófilos o basófilos, según la morfología celular y las características de tinción citoplásmica. El neutrófilo tiene un núcleo multilobulado y un citoplasma granuloso que se tiñe con colorantes ácidos y básicos; con frecuencia se conoce como leucocito polimorfonuclear (PMN) por su núcleo multilobulado. El eosinófilo tiene un núcleo bilobulado y un citoplasma granuloso que se tiñe con el colorante ácido rojo eosina. El basófilo posee un núcleo lobulado y un citoplasma muy granuloso que se tiñe de colorante básico azul de metileno. Los neutrófilos y eosinófilos son fagocíticos, no así los basófilos. Los neutrófilos, que constituyen 50 al 70% de los glóbulos blancos circulantes, son mucho más numerosos que los eosinófilos (1 a 3%) o los basófilos (<1%).
Esquema que muestra la morfología típica de los granulocitos. Se observa la diferencia en la forma del núcleo y el número y aspecto de los granulocitos citoplásmicos. |
Neutrófilos
Los neutrófilos se forman
por hematopoyesis en la médula ósea. Se liberan a la sangre periférica y circulan
durante 7 a 10 horas antes de migrar a los tejidos, en donde tienen un lapso de
vida de sólo unos cuantos días. En respuesta a muchos tipos de infecciones, la
médula ósea libera más de la cantidad usual de neutrófilos y estas células
suelen ser las primeras que llegan al sitio de inflamación.
Eosinófilos
Tal y como se observa con
los neutrófilos, los eosinófilos son células fagocíticas móviles que puede
migrar de la sangre hacia los espacios tisulares. Su función fagocítica es
significativamente menos importante que la de los neutrófilos, y se piensa que
intervienen en la defensa contra microorganismos parásitos secretando el contenido
de los gránulos eosinofílicos, lo cual suele dañar la membrana de los parásitos.
Basófilos
Los basófilos son
granulocitos no fagocíticos que se producen por hematopoyesis y cuya función es
liberar sustancias farmacológicamente activas de sus gránulos citoplasmáticos. Estas
sustancias tienen un papel importante en ciertas reacciones alérgicas.
Células
cebadas
Los precursores de células
cebadas, que se forman en la médula ósea mediante hematopoyesis, se liberan
hacia la sangre como células indiferenciadas; no se diferencian sino hasta que
salen de la sangre y penetran en los tejidos. Las células cebadas (o mastocitos)
pueden encontrarse en muchos tejidos, que incluyen piel, tejidos conectivos de
diversos órganos y tejido mucoso epitelial de las vías respiratoria, genital y
digestiva. Como sucede con los basófilos circulantes, estas células presentan
un gran número de gránulos citoplásmicos que contienen histamina y otras
sustancias activas a nivel farmacológico. Las células cebadas, aunadas a los
basófilos sanguíneos, tienen una participación esencial en el desarrollo de las
alergias.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Richard A. Goldsby. Thomas
J. Kindt. Barbara A. Osborne. Janis Kuby. (2007). Células y órganos del sistema
inmunitario. En Inmunología 6ta Edición (Pág. 37-40). Prolongación Paseo de la
Reforma 1015, Torre A, Piso 17, Col. Desarrollo Santa Fe, Delegación Álvaro
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